El gobierno de Mauricio Macri, inició su gestión
con una rápida sucesión de medidas políticas y económicas que son un brutal
ajuste para los trabajadores y una descomunal transferencia de recursos hacia
los sectores más concentrados de la economía, como ser las agropecuarias y las exportadoras.
Nos hubiera gustado más equivocarnos que haber
acertado en el punto justo de la cuestión cuando anticipábamos en el proceso
electoral que la patria se debatía entre dos modelos. Uno con todos y todas
adentro preservando sus derechos y otro con excluidos para que las cuentas
cierren. No caben dudas de que la propuesta macrista tiene como matriz
política, económica, cultural y social la concepción neoliberal y conservadora de
que la administración de la cosa pública a corto, mediano y largo plazo, debe
ser de elite, y en lo posible debe estar en manos de aquellos con experiencia
CEO.
Sabemos que 30 días de gestión son pocos para
evaluar a un gobierno que tiene cuatro años por delante, pero este mes ha sido
más que significativo para reconocer en beneficios de quiénes se gobierna. En
estos 30 días de “CAMBIEMOS” se ha reinstaurado el orden conservador que lejos
de cerrar la grieta, la acrecienta y la profundiza. En estos 30 días más de
10.000 personas han perdido sus trabajos en el gobierno nacional, provinciales
y municipales, demostrando que el Estado es para el negocio de los amigos corporativos
privados y no para el fortalecimiento de políticas públicas de inclusión y
justicia social. Porque no caben dudas de que el Estado entre 2013 y 2015 se
fortaleciera no sólo porque se desendeudó, sino, porque además amplío su
territorio de acción y de alcance mediante la puesta en marcha de políticas
públicas que reconoce a los 44 millones de argentinos nuevos derechos y la
ampliación de otros.
Lanzado a fondo, Macri y los gestores económicos
del “círculo rojo”, Alfonso Prat Gay, y el presidente del Banco Central,
Federico Sturzenegger, iniciaron con destreza los mecanismos para endeudarse
con los grandes bancos, en base a Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU), en su
mayoría ilegales. Para completar el
exitoso negocio; sus socios que los esperan del “otro lado del mostrador”, son
los banqueros del JP Morgan, HSBC, Deutsche Bank, Citibank y Goldman Sachs,
además de otros bancos que actúan localmente y que cobran intereses usurarios y
jugosas comisiones por sus servicios.
Pero los especuladores no son sólo banqueros, son también
empresarios nacionales que vuelven al negocio de la llamada “bicicleta
financiera” de moda en los 80. Este modelo tendrá consecuencias devastadoras
para las PyMEs, y empujará al desempleo y la miseria a amplios sectores de trabajadores.
Aparece la cara real del Macrismo. Se acabó la
buena onda y llegó el “sinceramiento” del valor del dólar; la “emergencia
estadística nacional”; y la adecuación de las tarifas, que
inevitablemente, mueve los precios hacia arriba. A esto debe sumarse la
renovada presión que ejercerá sobre las reservas y el frente fiscal un eventual
acuerdo con los buitres y holdouts, cuyos primeros pasos ya se están dando.
Para el Frente Grande de la provincia de Buenos
Aires, es claro que para lograr la aplicación del Plan de ajuste todas las
fichas del gobierno están puestas en el futuro “Acuerdo Económico y Social”. La
amenaza del ministro Prat Gay, “Cada gremio verá
dónde le aprieta el zapato y hasta qué punto puede arriesgar salarios a cambio
de empleo”, tiene el objetivo de disciplinar, y meter miedo a los trabajadores
a la vez de que los sindicatos bajen los reclamos salariales en las
paritarias, y así viajar a DAVOS más tranquilos para hacer acuerdos con
cualquier de los 5000 empresarios más poderosos del mundo, que posiblemente,
puedan hacer inversiones en la
Argentina..
Queda claro que la llave del verdadero “éxito de la
devaluación y el ajuste” se relaciona con la posibilidad de bajar el costo
salarial en dólares. Cuestión que podría enfrentar una creciente resistencia
popular, para lo cual los “Cambiemos” han demostrado tener una vieja solución
que ya aplicaron en el conflicto de Cresta Roja, represión y judicialización
del protesta social, como ya lo expresó la Ministra de la pos política Patricia Bulrich.
Hay una posición tomada sobre los recursos del
Estado. Podrán ser administrados por los CEO, pero se lo debe achicar a su
mínima expresión. No alcanza para el macrismo dejar sin trabajo a 2035 personas
en el Senado; cerrar el Instituto de Revisionismo Histórico que se creó en
2011; hacer desaparecer las AFSCA y la AFSTIC, sino que esa política poco plural y menos
aún correspondiente a la “revolución de la alegría”, se traslada a otros
territorios provinciales y municipales. El último martes 5 de enero fue una
muestra patética de lo que sostiene CAMBIEMOS hoy gobierno: 1600 trabajadores
de la municipalidad de Quilmes, 950 de Quilmes y 4500 del municipio de La Plata fueron despedidos y
quedaron literalmente en la calle.
A un mes de su asunción, el gobierno de Mauricio
Macri y sus réplicas ideológicas en las decisiones, por ejemplo de la vicepresidenta Gabriela
Michetti, que sostiene que “el Estado no es
una bolsa de trabajo”, pero a los que no les tiembla el pulso para firmar DNU
en beneficio de los poderes dominantes y hegemónicos económicos nos obliga a
estar en alerta. Estas concepciones que representa y defiende
los intereses de los principales factores reales de poder: un sector
mayoritario del gran empresariado, las patronales del campo, las corporaciones
mediáticas y una buena parte del “partido judicial” así nos lo anticipa. Una
vez más un amplio sector de la clase media y los trabajadores que ingenuamente
“votaron por el cambio” sentirá en carne propia las ¨bondades de los dueños de la Argentina¨.
Por todo lo expresado, el Frente Grande de la Provincia de Buenos
Aires apoya y se compromete a continuar participando en los espacios y
actividades que promuevan la movilización y la lucha contra este gobierno
reaccionario y gorila que no ofrece ninguna alternativa al pueblo, salvo la miseria
y represión
Frente Grande Provincia de Buenos Aires, 10 de enero 2016.
Mario Secco (Presidente)
Eduardo Sigal (Vicepresidente)
Elisa Ghea (Vicepresidente primera)
Antonio Salviolo (Vicepresidente segundo)