A medida que van pasando los días desde que Tabaré
Vázquez asumió la presidencia de la
República de Uruguay, va quedando en claro que las cosas no serán sencillas
para el Mercosur y los procesos de integración de América Latina y el Caribe.
Como en la gestión anterior, reaparece un posicionamiento quejoso que poco
favor le hace al entendimiento y hace muy feliz a los críticos de la nueva
integración del Siglo XXI.
El 29 de abril, en el diario El Observador, como parte de
una cantinela reiterada, el actual Ministro de Economía, Danilo Astori, insiste
en que Uruguay busca flexibilidad en el Mercosur, reconociendo, dice, que los
socios - refiriéndose a Brasil y Argentina - tienen problemas y eso hace que la
integración esté pasando por su peor momento histórico. Si mal no recuerdo,
hace casi 10 años que el ex vicepresidente viene repitiendo lo mismo, lo que me
hace pensar que claramente el está muy apegado al enfoque de integración
neoliberal de los 90, o al decir del ex presidente Mujica, del Mercosur Fenicio,
donde todo se mide en términos de intercambio comercial.
No subestimo el tema comercial, pero no creo que sea la
única variable a tener en cuenta. Creo que deberíamos pensar más en términos de
desarrollo e inclusión, y para ello pensar como junto al comercio se
desarrollan las cadenas de valor, lo que hemos definido como integración
productiva, componente tan o más importante que el comercial. Pensar en el
desarrollo científico tecnológico y su aplicación a los procesos productivos es
pensar en valor agregado y trabajos de calidad, bien remunerados. Esos temas
han significado un salto de calidad en la integración. Como también lo es el
Fondo de Convergencia Estructural, del que se benefician principalmente
Paraguay y Uruguay, en el se expresa un sentido solidario del que la
integración noventista carecía.
Tenemos profundos lazos culturales y educativos, sobre todo
entre los hispanoparlantes; deberíamos trabajar más estos temas con nuestros hermanos
brasileños si queremos construir una integración seria.
Nadie dice que estemos pasando por el mejor de los mundos;
objetivamente, desde 2008 el mundo está profundamente sacudido por una
importante crisis, principalmente de la primera potencia mundial, los EEUU, de
la que no logramos salir del todo y que repercute fuertemente en nuestras
economías y en el intercambio comercial, que efectivamente se contrajo estos
últimos 4 años. Astori quiere avanzar en el acuerdo comercial entre Mercosur y
la Unión Europea. Estoy de acuerdo. Mercosur tiene lista su oferta. ¿Quién está
en mora? No busquemos chivos expiatorios por este lado del mapa.
Sabemos que ese acuerdo debe ser equilibrado y contemplar
las asimetrías, tal cual lo reconoce la Organización Mundial de Comercio;
sabemos de las barreras que permanentemente ponen en Europa a nuestros
productos, también sabemos de los enormes subsidios que le dan a la producción
agropecuaria poco competitiva de esa región.
No alcanza con hacer exclamaciones voluntaristas. El
Ministro Uruguayo lo sabe tanto como nosotros. Por otra parte, nadie puede
pretender lo mejor de cada mundo. Tenemos que mejorar lo bueno y superar
nuestras deficiencias sin destruir fuentes de producción ni precarizar el
trabajo.
Seguramente hay cosas que Uruguay puede ir haciendo en el
mientras tanto. Lo hace Argentina cuando negocia con China o Rusia sin salirse
de las pautas de la integración mercosuriana. Es hora de mucha creatividad,
pero también de ser solidarios y no solamente quejosos. El desafío es saber
trabajar juntos en esta crisis y en el marco de nuestros desarrollos desiguales
sin perder de vista nuestro rol como Región en este mundo globalizado.
Eduardo Sigal
Ex subsecretario de Integración Económica Americana de
Cancillería
Presidente de la Fundación Acción para la Comunidad
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