martes, 6 de julio de 2010

jueves, 1 de julio de 2010

"Habrá integración plena cuando la alternativa de irse del barrio y cortarse solo en relación con los poderosos deje de existir"



“El MERCOSUR y el UNASUR tienen que ser complementarios, porque así lo exigen las necesidades de nuestros países”, afirmó Eduardo Sigal, Subsecretario de Integración Económica Americana y MERCOSUR de la Cancillería argentina, en un seminario internacional organizado por las Fundaciones Friedrich Ebert, Cefir y Red MERCOSUR.
“Relaciones MERCOSUR-UNASUR, Desafíos y Complementariedades” fue el título del encuentro, desarrollado en el Salón Zeus del Hotel Savoy de la ciudad de Buenos Aires” con la presencia del vicecanciller uruguayo, Roberto Conde, y prestigiosos expositores como Gerardo Caetano, Ricardo Rozemberg, Calio Hiratuka y André Biancareli.
Sigal explicó que tanto el MERCOSUR – un proceso de integración centrado en lo económico y comercial y ahora en proceso de expansión a lo productivo y social- como el UNASUR – una plataforma de concertación política sudamericano, según palabras de Caetano- nacieron y se desarrollaron como respuesta a necesidades y convicciones propias de cada época. El MERCOSUR consiguió un primer objetivo de ayudar a preservar la paz y la democracia en la región y se desarrolló en los 90`centrándose en lo económico comercial, y el UNASUR surge cuando la unipolaridad está entrando en crisis” y como forma de procurar que la región tenga una voz en un mundo multipolar.
La experiencia MERCOSUR, dijo asimismo, indica que “lo fundamental en la construcción institucional de la integración es la confianza mutua y la sensación de cada uno de los socios de que el proceso trae beneficios concretos a cada uno de los procesos de desarrollo nacionales”.
Para Sigal, “UNASUR Y MERCOSUR pueden avanzar en los hechos si en el centro de su estrategia está el objetivo de hacer que la región sea más igualitaria, más homogénea en los ritmos y escalas de su desarrollo”. Es que, “de otro modo puede quedar la sensación de que los países más grandes usan los símbolos de la integración para sus objetivos geopolíticos sin hacer lo suficiente para los objetivos comunes”.
El funcionario argentino recordó que América Latina es la región más desigual e injusta del mundo, por lo cual: “habrá integración plena cuando la alternativa de irse del barrio y cortarse solo en relación con los poderosos haya dejado de existir”.