martes, 16 de octubre de 2007

Un primer paso para rearmar la centroizquierda


El sábado pasado, 13 de octubre, participé de uno de los paneles del Encuentro por la Unidad Popular para Profundizar el Cambio junto con Vilma Ibarra, Mercedes Marcó del Pont y José Nun. Fue un seminario plural de las fuerzas de la izquierda democrática que apoyan la candidatura de Cristina Fernández de Kirchner. Ahí hablé sobre cómo en otros países de la región identifican al proceso político argentino como parte de un movimiento regional que impulsa políticas progresistas. También hice un llamado a construir una gran fuera política de centroizquierda sobre la base de la Concertación Plural.
En la otra mesa hablaron Eduardo Buzzi, Edgardo de Petri, Carlos Heller y Susana Rinaldi. Y el panel de cierre contó con las palabras de Cristina y la diputada chilena Isabel Allende, hija de Salvador. Los moderadores Fueron Gustavo Melillo y Oscar Laborde, mientras que Jorge Rivas dijo unas palabras antes de que hablaran Isabel y Cristina.
El salón principal del Hotel Panamericano, los pasillos, el lobby y una sala adjunta estuvieron repletos de simpatizantes y dirigentes que comulgan con las ideas de centroizquierda. Creo que fue un primer paso muy valioso en la construcción de una fuerza política que unifique al sector.

El lugar del progresismo



En estos cuatro años, el país se ha incorporado en la práctica a un proceso de transformaciones en nuestra región con un claro signo de izquierda. Se ha modificado el enfoque sobre el Estado en su relación con el mercado. Caducó el recetario neoliberal que, presentado en nombre del final de los relatos, se había constituido en el más esquemático y autoritario de los relatos. El país recuperó dignidad internacional después de haber sido conducido al más grande de sus aislamientos históricos, irónicamente en nombre de la “inserción en el mundo”. Nuevamente hay paritarias para escándalo de aquellos que las consideran origen de la inflación y fuente de conflictos artificiales. Disminuyó la pobreza, sobre la base de políticas activas entre las cuales están las retenciones agropecuarias que indignan a líderes supuestamente “progresistas”.La lista sigue. Pero basta esta breve enunciación para dar cuenta de que está en marcha un proceso político de cambios que ha adoptado las metas de igualdad, dignidad y desarrollo productivo que fueron siempre emblemas de la izquierda. Y ha hecho también una transformación institucional histórica al impulsar el fin de la ignominiosa mayoría propia menemista en la cumbre de uno de los poderes del Estado.Todo indica que vamos hacia una ratificación del apoyo popular a este rumbo. Si es así, el país entrará en una nueva etapa, signada por nuevas demandas y nuevos desafíos que son los que corresponden a la plena superación de la más grave crisis de su historia. ¿Qué tienen que hacer quienes militan políticamente bajo una definición de izquierda, centroizquierda o progresista? Hay quien cree que es mejor que el proceso de cambios fracase, aunque esto signifique la frustración de millones de argentinas y argentinos, porque de ese modo quedará para las identidades clásicas del progresismo la tarea de conducir los cambios. Están quienes se aturden con la propaganda neoliberal trasvestida de “institucionalismo” y recaen en las viejas obsesiones antiperonistas.Para un conjunto de dirigentes y militantes, en cambio, es el momento preciso para crear y desarrollar un espacio común de militancia progresista, dispuesto a apoyar la continuidad y profundización del rumbo emprendido. Estamos convencidos de que tenemos ante nosotros una oportunidad inédita para nuestra patria y no debe desaprovecharse por sectarismos y cálculos menores.El lugar lógico para la izquierda es la Concertación Plural que impulsa la candidatura de Cristina Fernández de Kirchner. Es la manera de dar nuestro aporte a un proyecto de país más justo y más democrático y no quedarnos como observadores pasivos y siempre dispuestos a señalar aspectos críticos que son inevitables en un proceso de cambios profundos como el que vivimos. Mi experiencia en estos años en el Mercosur me ha permitido sentir el apoyo que el proyecto de transformaciones en nuestro país despierta en los partidos y coaliciones progresistas de los países hermanos. Para nuestros amigos del PT, del Frente Amplio y de la Concertación chilena, así como también para los gobiernos de Venezuela, Ecuador y Bolivia, por citar algunos, está muy claro el significado del gobierno de Kirchner y el deseo de triunfo para Cristina. Tenemos la obligación de construir un sujeto político amplio y plural que sea el interlocutor de la izquierda real en nuestra región.

viernes, 12 de octubre de 2007

Encuentro de la centroizquierda en el Panamericano


Mañana sábado voy a participar, como expositor, del encuentro del Espacio de Convergencia, que se va a hacer en el Hotel Panamericano (Pellegrini 525 de la ciudad de Buenos Aires) desde las 10.
Van a acompañarme dirigentes del Frente Grande y de otras fuerzas políticas del espacio de centroizquierda. Va a haber dos paneles para hablar sobre "Los Desafíos del Desarrollo en el Mundo" y "Los Cambios Pendientes en Argentina".
En el primer panel voy a hablar junto con Chacho Alvarez, Mercedes Marcó del Pont y Vilma Ibarra.En el segundo van a estar Edgardo de Petris, Jorge Rivas, Graciela Ocaña, Hugo Yasky y Carlos Heller. Antes de las 13 va a haber un cierre a cargo de Cristina Fernández de Kirchner.
Creo que el encuentro es importante porque marca el amplio apoyo, dentro del arco de centroizquierda, a la profundización del cambio que ya está en marcha en nuestro país con el gobierno de Néstor Kirchner. Sería importante que vayamos muchos de los convencidos de la necesidad de consolidar este proceso.