domingo, 29 de abril de 2012

Se inició el debate por una nueva Constitución Nacional

Ante una concurrencia masiva y heterogénea que colmó el Salón de Actos de la Facultad de Derecho de la UBA, el miércoles 25 de abril se sentaron las bases para la conformación de una corriente de opinión que promueva una nueva Constitución Nacional que contemple el proceso de transformaciones de la última década y los desafíos que plantea el siglo XXI. Los constitucionalistas Eduardo Barcesat y Raúl Gustavo Ferreyra y el Ricardo Forster coincidieron en la necesidad de promover una modificación de la Carta Magna que vaya en ese sentido, tal como lo viene sosteniendo los organizadores, un grupo de políticos, sociales y sindicales entre los que se cuentan Pedro Wasiejko, de la Federación de Trabajadores de la Industria y Afines (Fetia); Luis D΄Elía, del Partido Miles; y Eduardo Sigal, referente del Frente Grande y Presidente de la Fundación Acción para la Comunidad. Sigal actuó como moderador del debate, al que el juez de la Corte Suprema Raúl Zaffaroni no pudo hacerse presentes por motivos de de salud. Barcesat propuso que, de votarse la necesidad de la reforma en el Congreso de la Nación, se abra un espacio de debate para que la sociedad se expida antes a la Asamblea Constituyente. Asimismo, juzgó necesario introducir diversos cambios en el texto legal, entre ellos que se recupere soberanía cedida al Ciadi (dependiente del banco Mundial) en materia de resolución de conflictos con empresas extranjeras. Ferreyra, advirtió que es “imposible reformar la Constitución Nacional sin una gran movilización popular” y dijo: “No hay ningún poder constituyente en un poder constituido”, en referencia al presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, quien horas antes había adelantado su disidencia con la propuesta. Forster, finalmente, sostuvo la necesidad de dejar atrás la Constitución “neoliberal” de 1994 e introducir cambios que tengan que permitan conciliar conceptos como “libertad e igualdad”. Los organizadores, en tanto destacaron que impulsan la modificación de la Carta Magna “en el entendimiento de que no se trata de seguir haciéndole parches a una Constitución cuya matriz viene de 1853”, ya que “las transformaciones de nuestro país y el mundo nos desafían a pensar en un nuevo orden jurídico e institucional para que la Argentina esté a tono con los desafíos del siglo XXI”.

Tres visiones de los medios sobre el inicio del debate constitucional

La actividad realizada el miércoles 25 de abril en la Facultad de Derecho fue reflejada prácticamente por la totalidad de los medios. Los siguientes son las coberturas realizadas por tres de los principales medios gráficos editados en Buenos Aires.
Pagina/12 DEBATE DE LOS ABOGADOS EDUARDO BARCESAT Y RAUL FERREYRA Y EL FILOSOFO RICARDO FORSTER Una Constitución para cada época “No traemos bajo el poncho el cuchillo de la re-reelección”, dijo Luis D’Elía. Los motivos de una reforma. Por Nicolás Lantos Una reforma de la Constitución no solamente es algo deseable sino que es posible con “una extraordinaria movilización popular” que la respalde, coincidieron los panelistas de la mesa redonda convocada como punto de partida de “un movimiento que recorra la Argentina”, debatiendo este asunto y sentando la base para abordar el tema en un futuro aún sin plazos. Convocados por el dirigente de base Luis D’Elía, el referente del Frente Grande Eduardo Sigal y el sindicalista de CTA Pedro Wasiejko, los abogados Eduardo Barcesat, Raúl Ferreyra y el filósofo Ricardo Forster expusieron, cada uno a su turno, los motivos por los que una nueva Carta Magna es necesaria para asentar y seguir profundizando los cambios de los últimos años, al tiempo que marcaban una hoja de ruta de cuáles serían los temas a discutir ante una eventual reforma. El ministro de la Corte Suprema Raúl Zaffaroni, que sería de la partida, se excusó debido a una intervención quirúrgica a la que tuvo que ser sometido. “La matriz de la Constitución nacional va a cumplir 160 años y sólo tiene seis modificaciones. Pero cada época histórica requiere que pensemos qué tipo de Constitución necesita”, planteó Sigal al presentar el panel. Más tarde, Ferreyra revelaría que Brasil cambió el texto de su ley suprema nada menos que en 60 ocasiones, Alemania en 40 y México “perdió la cuenta”. Para el abogado del CELS, “las constituciones son como máquinas del tiempo para que una generación fije reglas para las que le siguen”, pero, aseguró, “cada generación tiene el derecho a darse las reglas que quiera”. Una reforma “no es un hecho patológico, es un hecho fisiológico: está prevista por la misma norma”, se extendió Ferreyra, por lo que hay que despojarse de ese prejuicio de excepcionalidad que hoy se le quiere dar al asunto. “La Constitución es una construcción social, política y cultural, no algo natural ni divino”, machacó Forster a su turno sobre el mismo tema y agregó que incluso “las mismas palabras escritas hace 160 años o 20 hoy tienen un significado distinto”. Ferreyra también recordó que “nadie ejerce el poder constituyente sino el pueblo” por lo que “es imposible una reforma a la Constitución sin una extraordinaria movilización”. Al respecto, Barcesat pidió que la agenda de temas a debatir y el contenido final del texto lo determine “el pueblo a través de un amplio debate”. Sin mencionarlo por su nombre, aludió al antecedente del pacto de Olivos cuando pidió evitar “pactos de caudillos que decidan qué temas se van a tocar y cómo”. Antes de comenzar el debate, D’Elía había advertido: “No traemos bajo el poncho el cuchillo de la re-reelección”. Más allá de que los organizadores del debate anticiparon su postura personal contraria a habilitar un nuevo mandato para la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, la idea era dejar el asunto fuera de la agenda para que no termine opacando el resto del debate. Ferreyra sí mencionó (y recomendó) la posibilidad de adoptar un sistema parlamentario. El objetivo prioritario sería “delinear el modelo político económico que necesita el país” desde una “perspectiva regional”, en palabras de Barcesat. Para alcanzar esa meta, se tiró sobre la mesa un surtido menú de propuestas, entre las que se destacan el control nacional de las riquezas naturales y el cuidado del medio ambiente, la necesidad de una reforma tributaria, replantear el Consejo de la Magistratura y la distribución “armónica” de la tierra. Sin embargo, los momentos más interesantes se dieron cuando los panelistas arriesgaron un poco más y trajeron a colación otras ideas, como Ferreyra, dentro de un decálogo de asuntos a modificar incluyó darles un estatus constitucional a las Primarias Obligatorias y Simultáneas e incluso a algunos aspectos de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Y hasta modificar el mismísimo Preámbulo de la Carta Magna para incluir el objetivo de la justicia social, “que es el fin principal del Estado”. Clarín El kirchnerismo insiste con el cambio POR LEONARDO MINDEZ El kirchnerismo dio ayer el puntapié inicial para avanzar hacia una reforma de la Constitución. “No traemos bajo el poncho el cuchillo de la re-reelección”, se apuró a advertir Luis D’Elía en el lanzamiento de lo que denominó un “Movimiento nacional por una nueva Constitución y Estado” que recorrerá la Argentina para sumar voluntades Fue durante el debate de anoche en la Facultad de Derecho de la UBA titulado: “El actual Estado y la actual Constitución Nacional, ¿permiten pensar la Argentina del siglo XXI?”. En realidad, de debate no hubo nada, porque todos los disertantes tenían una respuesta negativa para esa pregunta y propuestas en un mismo sentido. “El Consenso de Washington y el Pacto de Olivos nos impusieron una Constitución para otro tiempo”, aseguró D’Elía, uno de los organizadores junto a Eduardo Sigal (Frente Grande) y Pedro Wasiejko (CTA). El constitucionalista Eduardo Barcesat se expresó en contra de un “pacto de caudillos”. Pidió que el Congreso se limite a votar la necesidad de la reforma y que los temas y alcances surjan de un proceso de debates populares en todo el país. Raúl Ferreyra, titular de cátedra en la UBA, indicó que el presidencialismo tiende a la “confrontación” y muestra un “déficit de calidad ciudadana”. Por eso pidió avanzar hacia un sistema parlamentarista. Ricardo Forster apuntó que la palabra clave de la nueva Constitución debía ser “igualdad”. Todos lamentaron la ausencia de Eugenio Zaffaroni, operado tras fracturarse un brazo. La Nación Reforma constitucional El debate sobre 2015 Lorenzetti rechazó un cambio de la Constitución Grupos oficialistas impulsan la reforma Por Paz Rodriguez Niell El debate sobre una posible reforma constitucional se instaló ayer, en forma abierta, en la agenda política: mientras el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, se opuso a cualquier modificación, un acto en la Facultad de Derecho, de claro tono kirchnerista, la promovió. En ese encuentro negaron, en sintonía con el Gobierno, que el objetivo velado de la reforma sea permitir un nuevo mandato de Cristina Kirchner. Los expositores afirmaron que la Constitución no es intocable, que fue reformada en 1994 con un "espíritu neoliberal" y que debe ser aggiornada conforme al nuevo modelo político económico. Horas antes, la oposición de Lorenzetti había sido categórica. "¿Qué vamos a hacer en caso de una reforma? ¿Agregar más derechos, que ya están en la Constitución?", dijo. Y advirtió: "No es necesaria ninguna reforma". "La parte de los derechos, que es lo que le interesa a la gente, está más que reconocida. Lo que hace falta es dictar leyes y políticas públicas para aplicarlos", sostuvo el presidente de la Corte, que ayer encabezó la jornada inaugural de la XVI Cumbre Judicial Iberoamericana, que se reúne en Buenos Aires, en el Palacio Errázuriz. Lorenzetti puso como ejemplo el acceso a la vivienda. "Hacen falta leyes -advirtió-. Ya está en la Constitución." A las 18, disertaron en el Aula Magna de la Facultad de Derecho los constitucionalistas Eduardo Barcesat y Raúl Gustavo Ferreyra, y el filósofo Ricardo Forster, de Carta Abierta, ante unas 600 personas. "El actual Estado y la actual Constitución Nacional, ¿permiten pensar la Argentina del siglo XXI?" era el lema del encuentro. Los tres coincidieron en que no. "No traemos bajo el poncho el cuchillo de la reelección", dijo desde el escenario el dirigente social kirchnerista Luis D'Elía, que fue uno de los organizadores del acto. A uno de los lados del gigantesco salón colgaban ocho banderas de su agrupación; dos, con su cara. "Estoy en contra de una nueva reelección y la primera que está en contra es Cristina, que tiene profundas convicciones republicanas", dijo D'Elía. La Presidenta no dio señales de aspirar a un nuevo mandato, pero en el kirchnerismo más ortodoxo es una idea varias veces deslizada. De los oradores de ayer, el más propenso a habilitar un nuevo mandato es Barcesat. "No creo que sea una llamada a las puertas del infierno. Los jueces son elegidos de por vida y los legisladores son reelegibles", dijo a LA NACION. No obstante, como sus compañeros de panel, sostuvo que eso no era "lo importante". Según Barcesat, la reforma debe tener tres ejes: la integración latinoamericana, la tutela de los recursos naturales y la política de derechos humanos. Pero habló además de la ilegitimidad de la deuda externa y la necesidad de "recuperar la soberanía" ante el Ciadi, organismo al que juzgó "putrefacto". Después fue el turno de Ferreyra, que hizo una respuesta pública a las declaraciones de Lorenzetti. "El poder constituyente lo tiene el pueblo, no los poderes constituidos. Si un legislador, un funcionario o un miembro de la Corte tiene una opinión determinada tendrá que bajar al llano", dijo. Consultado por LA NACION, agregó que Lorenzetti puede opinar, pero hay que aclarar que sólo "en tanto ciudadano". Ferreyra presentó un decálogo de temas a reformar, que incluyó el cambio de sistema de gobierno, del presidencialismo al parlamentarismo al estilo alemán. Esta idea es promovida desde hace años por el ministro de la Corte Raúl Zaffaroni. La Presidenta está al tanto de la iniciativa reformista del juez, que conversó la idea con dirigentes de la oposición. Zaffaroni estaba anunciado como uno de los oradores del acto, pero no pudo ir porque fue operado de una fractura en el brazo. Un argumento sostenido en todos los discursos fue que la Constitución no es intocable y que la reforma del 94' debe ser revisada. "La Constitución debe ajustarse a lo que va viviendo la nación", dijo Forster. "No podemos pensar la palabra Estado como en la década del ?90, cuando fue demonizada", afirmó. Además, el filósofo dijo que era preciso "no garantizar sólo derechos abstractos, sino también los que vuelven digna la vida de las personas", en contra de Lorenzetti, que juzgó los derechos suficientemente protegidos en cuanto a la Carta Magna. Más allá de lo académico, fue un acto de claro contenido político. La presentadora lo dejó claro con su primera intervención. "El 27, todos con Cristina a Vélez", dijo desde el atril del Aula Magna antes incluso de presentar a los oradores. LOS ARGUMENTOS KIRCHNERISTAS "La reforma actual fue impuesta por el consenso de Washington en los 90" LUIS D'ELIA Líder del partido Miles "Sería equivocado pensar en la reforma únicamente para habilitar la reelección" RICARDO FORSTER Miembro de Carta abierta "Hay que pensar el parlamentarismo. A las repúblicas parlamentarias mal no les va" RAÚL FERREYRA Constitucionalista "Hay que delinear el modelo político-económico que reclama la Argentina" EDUARDO BARCESAT Constitucionalista

Especulaciones de Perfil

Como resultado del inicio del debate por la Reforma Constitucional, la edición dominical del diario Perfil publicó el siguiente artículo:
¿ESTRATEGIA REELECCION? Máximo y Zannini, detrás de la reforma de la Constitución Por Mariano Confalonieri 29/04/12 - 03:52 En la UBA. Forster, Sigal, D'Elía, Ferreyra y Barcesat arrancaron el jueves una serie de charlas. Notas Relacionadas Los interventores de YPF buscan US$ 2 mil millones Pese a su exitosa irrupción, Kicillof aún no es conocido por la opinión pública Un grupo de intelectuales y políticos K reabrió esta semana el debate sobre la reforma de la Constitución, que se había diluido por las tormentas que venía atravesando el Gobierno nacional. Carta Abierta, la CTA, el juez de la Corte Eugenio Zaffaroni, el Frente Grande y la agrupación Miles de Luis D’Elía son los integrantes de la mesa que impulsa modificar después de 18 años la Carta Magna. Los organizadores quieren hacer un raid de audiencias por todo el país, como ocurrió en la previa a la sanción de la Ley de Medios. Sacarán de allí un proyecto, que entregarán luego al Congreso. No tienen plazos, advierten. Pero sí una meta: tocar al menos diez temas del texto del ‘94 porque, sostienen, fue parido por “el consenso de Washington, donde el Estado había desaparecido”. “No se va a abordar la reelección”, se atajan desde la mesa de conducción. “Somos locos, pero no comemos vidrio”, añaden. Sin embargo, eso es difícil de creer. Si no se toca la posibilidad de un tercer mandato o el sistema de gobierno –hay quienes proponen virar hacia el parlamentarismo, como Zaffaroni–, la reforma no sería absolutamente necesaria. Lo sostienen así varios juristas y hasta el presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti. Además, aunque no se lleve a la práctica, al kirchnerismo le conviene alimentar la idea de la continuidad de Cristina Kirchner en el poder, para evitar que las internas del peronismo la consuman en el final de su mandato. La reapertura del debate no fue una idea aislada de este grupo de intelectuales, políticos y profesionales del Derecho. Fue una iniciativa pergeñada por el círculo íntimo de Cristina. Los organizadores armaron todo con Máximo Kirchner y el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini. Cristina estuvo siempre al tanto de todo. Máximo y el Chino les pidieron que instalen la posibilidad de la reforma para luego evaluar si se avanza o no. “Si hay agua nadamos todos”, fue la frase que disparó uno de ellos para graficar la necesidad de que haya consenso para impulsar el proyecto en el Congreso. Los organizadores les pidieron al hijo presidencial y al secretario de Legal y Técnica la venia para plantear un rechazo al tercer mandato. Y lo obtuvieron. Hay que ver cuánto de especulación política hay en ese rechazo a la continuidad. El cronograma de charlas arrancó esta semana en la Facultad de Derecho. Pero ya se están armando visitas a Tucumán, Santiago del Estero, Corrientes y la provincia de Buenos Aires. El grupo fue invitado al Jardín de la República por una fundación cercana al gobernador oficialista José Alperovich. A Corrientes, por la diputada K Araceli Mendez. A Santiago del Estero por un grupo de jueces y curas, y a La Plata por la Universidad Nacional, que está haciendo unas jornadas. La CTA, Miles y el Frente Grande mantuvieron conversaciones reservadas con socialistas y radicales que están de acuerdo con la reforma, pero que aún no se sumaron porque les generaría problemas internos expresarse a favor. La discusión promete ser larga y levantar mucha polvareda.

jueves, 12 de abril de 2012

Mercosur y Malvinas, con Mariotto



Eduardo Sigal, ex Subsecretario de Integración Económica Americana y Mercosur de la Cancillería, participarán, el próximo martes 17 de abril, de una charla titulada “La Construcción de la cuestión Malvinas en el ámbito del Mercosur”, que se realizará en el Recinto de la Cámara de Senadores de la provincia de Buenos Aires y es organizada por la Comisión de Comercio Exterior, Mercosur y Política de Integración Regional.
La jornada comenzará a las 17,30 con un bloque de especialistas y la proyección de un material audiovisual preparado por el Instituto de Relaciones Internacionales de la UNLP. Posteriormente, cerrarán la actividad el senador Santiago Nino, el dirigente político Hipólito Solári Irigoyen, Sigal y el Vicegobernador Gabriel Mariotto.