La asunción de Cristina Fernández de Kirchner seguramente implica una continuidad del proceso de transformaciones económicas, políticas y sociales que comenzó hace cuatro años y medio, y que puso a la Argentina de pie frente al mundo apelando a sus propias fuerzas. Se presenta entonces un escenario más que propicio para profundizar los cambios sin perder lo esencial de este modelo de desarrollo productivo con inclusión social y distribución de la riqueza.
También en 2003 se inició un proceso de recuperación de la políica como herramienta de defensa de los intereses nacionales. Se demostró desde la gestión que se podía negociar con los poderosos desde una posición digna; se podía pensar en un proceso de integración regional a partir de “volver a mirarnos” como latinoamericanos; se podía comenzar a tener “verdad y justicia” y cárcel a los genocidas y, sobre todo, se podía “recuperar la esperanza”.
Es necesario entonces, desde los partidos, recuperar a la política como herramienta de defensa de los intereses de la sociedad. Nuestro compromiso es para que el nuevo sistema de representación tenga en su matriz conceptual lo nacional, popular y progresista. Y para eso hay que desterrar definitivamente actitudes que agotan su cometido en defensas identitarias y olvidan su rol en la transformación de la realidad. Nosotros - desde el Frente Grande - queremos ser actores en este proceso de construcción de una Argentina democrática, desarrollada, con equidad e inclusión social.
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