Con Brasil, somos más fuertes

TRIBUNA
Con Brasil, somos más fuertes
Por: Eduardo Sigal
SUBSECRETARIO DE INTEGRACION ECONOMICA
(Publicado en el diario Clarín)
El acuerdo alcanzado entre los gobiernos de Brasil y Argentina por el que se habilita el uso de las monedas locales para el comercio binacional es el fruto de un prolongado proceso de fortalecimiento de las relaciones entre ambos países. Su punto de inflexión fue la reunión entre Lula y el entonces presidente Néstor Kirchner en octubre de 2003, conocida como el Consenso de Buenos Aires.

Este acuerdo significa, en sus repercusiones más directas una oportunidad de acceso al mercado binacional para un gran número de pequeñas y medianas empresas y un ahorro en gastos financieros y cambiarios que apuntala la competitividad externa de ambos socios. Al mismo tiempo, puede concebirse el acuerdo como un jalón estratégico en la dirección de la articulación macroeconómica y la creación de una moneda común de alcance regional.

Sustentado por la decisión 25 adoptada por el Mercosur el año pasado, el acuerdo brasileño-argentino está en condiciones de proyectarse en un período relativamente cercano al resto de los países del bloque. Los adversarios de la integración productiva suelen argumentar que los acuerdos entre Brasil y Argentina debilitan la trama asociativa del Mercosur. La realidad indica lo contrario: cuando los dos socios de mayor volumen fortalecen su alianza estratégica, el resultado es el avance del bloque en su conjunto. Es gracias a este nuevo nivel de relaciones entre ambos países que ha podido avanzarse en cuestiones decisivas como el tratamiento de las asimetrías con los socios de menor volumen, el fortalecimiento de la unión aduanera y la creación del parlamento del Mercosur.

La discusión central no es entre los socios del Mercosur más grandes y los de menos volumen, sino la que se desarrolla entre quienes lo conciben exclusivamente como un espacio de liberalización comercial -modelo predominante en la década del 90- y quienes aspiran a una instancia que articule y potencie los recursos con que cuenta la región en un proyecto de desarrollo productivo diversificado y competitivo. En esa perspectiva se ubican hoy los gobiernos de Brasil y Argentina; la medida adoptada en relación al uso de las monedas locales, está claramente en esa dirección.