lunes, 21 de diciembre de 2015

Argentina y un salto hacia la derecha




El país al que vienen aludiendo el Presidente Mauricio Macri y sus partidarios, mucho antes de ganar la segunda vuelta a Daniel Scioli, se parece mucho al de una Argentina aliada a los intereses estratégicos de EEUU en la región, típica de la década del 90 del siglo pasado. Para concretar ese retorno, hoy como Jefe de Estado, haría falta un acuerdo con los “fondos buitre”, pedido de “ayuda” al FMI y un nuevo ciclo de endeudamiento externo para financiar la compra de insumos y productos importados, y el sostenimiento de un mercado de cambios acorde a los interese de las empresas transnacionales y los exportadores de productos primarios, especialmente los sojeros. En lo político-económico (ver artículos de Eduardo Sigal y Federico Bernal), una preferencia por la Alianza del Pacífico en desmedro del Mercosur. Parece sobrevenir, por todo lo anterior, un alineamiento con la posición de las grandes potencias en conflictos internacionales, pero no está claro aún que haya un retorno a la subordinación tecnológica del ciclo menemista-delarruísta, en vista de la continuidad del Ministro de Ciencia y Tecnología del kirchnerismo. Habrá que ver qué pasa con los desarrollos tecnológicos en materia nuclear o satelital, teniendo en cuenta por ejemplo que en los 90 se desactivó el proyecto Cóndor y no se avanzó en la culminación Atucha II. Hoy hay firmados acuerdos con Rusia y China para la construcción de nuevas centrales nucleares (Hugo Castro Pueyrredón se refiere al tema), y también está en marcha el desarrollo de un generador de energía nuclear con tecnología 100% nacional. Más claro de todo lo anterior es que se promoverá desde el gobierno nacional una redistribución regresiva del ingreso, haciendo uso de herramientas tales como la devaluación y quita o disminución de retenciones a productos alimenticios. En combinación con una decisión de la Corte Suprema de Justicia (analizado por Américo Garcia), ese combo podría impactar sobre los ingresos de asalariados, jubilados y beneficiarios de planes sociales. Es decir, lo que parece sobrevenir es un camino inverso al emprendido en mayo de 2003, cuando el recién asumido presidente, Néstor Kirchner, dispuso por decreto una suba de salarios y jubilaciones, cuyo poder de compra3 más que se duplicó desde entonces. A eso nos referimos en este número 29 de Comunidad y Desarrollo.

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